NO ME GUSTAN
No me gustan los tipos que se lavan las manos antes de
mear, y no después. Cuidan de no ensuciarse la picha, pero no les importa dejar
sus manos con restos de la micción. Y no les importa estrecharte la mano, o
pasártela por el hombro, como no les importa contar billetes sucios que
proceden de manos tan sucias como las suyas. Eso si, hay que lavarlos bien
hasta blanquearlos, ya que aunque aparentemente estén limpios, como recién
impresos por el Banco de España, hay que retirar todo los restos invisibles que
pudieran delatarlos, el invisible tufo ilegal que los envuelve. En todo ese
trasiego ilícito de dinero se genera mucha mierda, de tal forma que a ese
montón de billetes se le denomina dinero negro, si bien solo hasta el momento
en el que llega a los bancos. A esos bancos tan sucios cuyos propietarios, con las manos también muy sucias y los dientes
muy blancos, extienden la alfombra roja reservada
solo para los buenos clientes con billtes de quinientos. Una vez dentro del banco, ese dinero es tan blanco y
tan bueno como el que tu empresa te ingresa, en concepto de salario, cada final
de mes en tu cuenta de ese mismo banco; aunque seguramente ni a ti ni a mí, nos
extiendan esa alfombra roja que distingue al que se lava las manos antes o
después de mear. Yo soy de los últimos. Que se leva a hacer, cosas de la
higiene.
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