jueves, 27 de noviembre de 2014

¿CUANDO SE ACABA LA MAGIA?

Esta misma mañana en el banco mientras soy atendido en la caja; detrás de mi dos mujeres. No me giro aunque una de ellas está empezando a alzar la voz:

-        -  Llevo veinticinco años aguantando pero ya está, se acabó. Con esa cara de buena que tienes y no tienes más que veneno. No has podido acabar conmigo pero yo si lo voy a hacer contigo.

Me da no se qué darme la vuelta, aunque entre lo que escucho y la cara del cajero me hago a la idea de que la cosa se pone fea. Otra persona del banco intercede porque conoce a la mujer que permanece callada. Asegura que es una buena persona y que no está bien que la insulte de ese modo. La que habla aclara que son hermanas. Ahora sí me giro y me fijo solo en la mujer que permanece callada. Adivino el rostro de alguien que no está, su cuerpo y su cara si están, pero su ser no. Desconozco si es la buena que calla, o si calla porque es la mala o calla porque no se entera de nada. Que se yo. Ante la intervención de la persona del banco, la acusadora  eleva aún más el tono:

-          - Si, si, es buenísima –exclama- Me quiere matar, pero no ha podido  ni podrá.

Me entero, imposible no hacerlo, que están allí para pagar un montón de recibos de IBI correspondientes a unas cuantas propiedades que pertenecen al padre de ambas. Dinero, maldito dinero. La acusadora continúa cada vez más tensa:

-         - Tomo tres Prozac al día. Llevo media vida con depresión y he intentado suicidarme, pero ya está bien. Me han destrozado la vida, por qué yo soy diplomada en economía, y no pude acabar mis estudios por la depresión, la que me han provocado entre todos, la que me ha provocado este mal bicho – refiriéndose a su hermana-. Y estoy aquí para que no sigan engañándome con el dinero, porque me están robando.

Ahora sí, ya no puedo más y vuelvo a girarme para poder ver a la mujer que habla sin parar, y no puedo por más que fijarme primero en ella y después en su hermana. Repaso fugazmente sus rostros y me imagino dos niñas pequeñas unidas por su amor fraterno. Vuelvo a girarme hacia el cajero del banco y mientras éste hace sus operaciones pienso en el deterioro que la vida provoca en las personas, en la inquina, en el odio larvado durante años, en esos rostros tristes y desencajados que veo ahora. Reflexiono, mientras una lista de desagravios suenan como música de fondo, sobre en qué momento de nuestra vida se acaba la magia y empieza el infierno.

3 comentarios:

  1. Terrible episodio, Antonio, de esos que te dejan con la duda y el mal cuerpo. Un saludo.

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    1. Si Pablo, me dejó tocado para todo el día. Un abrazo.

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    2. Joder hermano !!...Esta claro que tenemos cuidar día a dia esa magia que hemos creado a lo largo de los años y forjar así un futuro lejos de esas desgraciadas realidades.

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